UNA
SINGULAR BATALLA
Estaba preparando unos apuntes de
clase para estudiar, cuando de pronto llego un joven a donde me encontraba y empezó
a dialogar conmigo sobre la importancia que tiene la iglesia en nuestra
sociedad.
Me pareció extraño ver un joven con
tanto interés en ese tema, pues creo que lo más común es verlo en sacerdotes o
en personas de edad avanzada que pertenecen a los grupos parroquiales.
De pronto vi que sus manos
comenzaron a temblar y sus ojos se
llenaron de lagrimas y dijo: “sino fuera
por la iglesia católica, yo no viviría hasta el día de hoy…”
Mi papa hace algunos años era depresivo,
por lo que intento matarnos varias veces a mi y a mis hermanos y después de que
intento esto varias veces sin conseguirlo (raticida,
gas butano, tiner), nuestra familia se dividió, pues cada uno de mis
hermanos se fue con un tío y yo me quede con mis abuelos.
Mi padre estuvo medicado e
internado en un psiquiátrico por varios años, mi madre trabajaba lavando ropa
ajena para darnos un poco de dinero a mi y a cada uno de mis hermanos. Esto fue
una dolorosa situación para mí durante 7 años, hasta que llego un grupo de
religiosos a evangelizar mi pueblo en el cual ingreso mi papa y meses después mi
mama.
Fue una luz para mi familia y una medicina
para mi corazón ya que me dolía mucho no ver a mis padres, a mis hermanos, me sentía
solo en medio de una gran batalla.
La vida de mi padre cambio
radicalmente de la tristeza a la alegría
y dejo de tomar esas pastillas anti-depresivas que el doctor le receto de por
vida. Nuestra familia se reunió y
vivimos todos juntos, retomando tantos agradables momentos que no se lograron compartir
en años pasados.
Es por ello que te repito que si no fuera por la iglesia católica, yo no estaría
aquí contemplando lo grandiosa que es la creación de DIOS…
Este es uno de tantos casos donde
podemos ver la mano poderosa de DIOS que entra al rescate de todo aquel que le invita a su ser. Es necesario aprender a callar para que DIOS también pueda hablar y
comprendamos así que no solo somos parte
de la salvación de nosotros mismos, sino también de toda nuestra familia... Si se
hunde el barco, se hunden todos los pasajeros, si el barco llega a tierra a tierra
firme, llegan todos con vigor a la meta.
Actualmente los padres se preocupan por el mundo que dejaran
a sus hijos y creo que es bueno, pero no es lo mas importante, sino mas bien
preocuparse por los hijos que le dejaran
al mundo, puesto que es necesario formarlos íntegros en el amor que fabrique
un mundo mejor…
Efraín B. R.